Summerhill

28.03.2011 17:10

    La escuela "Summerhill" fue fundada en 1972 por A. S. Neill. Es un internado, situado en el sur de Inglaterra, en el que conviven chicos y chicas en edades comprendidas entre los cinco y los dieciséis años. A pesar de haber pasado  por muchos avatares, han sobrevivido hasta la actualidad con una fama que llegó a su cumbre en los años 60 y 70 del siglo pasado. Legalmente, funciona como una escuela privada en la que sus alumnos pueden escolarizarse, pero en ocasiones sus peculiaridades le han expuesto al cierre tras las inspecciones que lleva acabo el Estado. Concretamente, hace unos años pasaron por su peor momento, aunque continúa abierta y es dirigida por Zoe, la hija de Neill. 

                                                                                                                                                                        

    En “Summerhill” se desarrolla una educación basada en los siguientes principios:

  • La firme convicción en la bondad natural de los seres humanos.
  • La felicidad como máximo objetivo de la educación.
  • El amor y el respeto como base de la convivencia.
  • La importancia de la corporalidad y la sexualidad.

    A partir de estos principios, la escuela funciona con unas características especiales que la diferencia de las escuelas convencionales. Entre ellas destacan:

  • Ausencia de exámenes y calificaciones.
  • Ausencia de exámenes y calificaciones.
  • Asistencia no obligatoria a las clases.
  • La asamblea como órgano de gestión (adultos y niños intervienen y votan con total igualdad para resolver conflictos o decidir leyes).
  • Ausencia de reprimendas y sermones.
  • Trato igualitario entre niños y adultos.

    Para Neill, "Summerhill" es posible porque el niño responde positivamente al amor y la libertad. El origen de los problemas de algunos alumnos lo sitúa en la influencia ejercida por una sociedad "enferma" que reproduce sus propios miedos y su violencia. Al contrario, el entorno "sano" que representa esta escuela es la mejor terapia para curar los problemas del alumnado y, tal vez, de la sociedad.

    Por tanto, no hay que marcar un camino a los niños, sino que hay que procurar que se autodeterminen sin coacción y escojan la forma de vida que les haga más felices. El adulto debe evitar proyectar en los pequeños sus anhelos y frustraciones para conseguir este objetivo. Así, en "Summerhill" es más importante el desarrollo adecuado de las emociones que el intelectual, ya que un alumno emocionalmente sano puede buscar recursos fácilmente en el futuro para lo que quiera realizar. Además, el equilibrio emocional es el factor clave para que los niños se conviertan en personas felices. Destaca la importancia dada al juego y las actividades artísticas y creativas, como el teatro a o la danza. En cambio, los libros pasan a un segundo plano en la educación y hay materias que desaparecen por completo, como la religión.

    Otro aspecto relevante es lo que Neill entiende por libertad, puesto que el hecho de que los niños dispongan de un amplio margen de autonomía y libertad no implica que en la escuela reine el libertinaje. La verdadera libertad es la que no supone un abuso de los derechos ajenos y va asociada al respeto y la responsabilidad. El niño libre se autocontrola, sin que esto suponga represión de ningún tipo, ya que lo hace por la estima que tiene a los demás.

    Finalmente, planteamos a modo de crítica una serie de aspectos cuestionables de la escuela "Summerhill":

  • Esta escuela no acoge a alumnos con necesidades educativas especiales.
  • No podrán matricularse en ella alumnos con más de siete años, ya que consideran que a esa edad ya están "contaminados" por la sociedad.
  • Al tratarse de un internado, los separan muy tempranamente de sus padres.