Buenas prácticas: Kindergarten Kunterbunt

 

    De las muchas y buenas prácticas que tuve el placer de conocer, sin duda podría destacar una, más por lo sorprendente de la actitud e ideales, que por el desarrollo en sí de la misma.

    Hace algunos año participé en un programa de prácticas de Educación Infantil en Alemania, concretamente en la zona norte, en un pequeño pueblo llamado Syke. Aunque se trataba de una guardería, los niños tenían entre 3 y 7 años a diferencia de las guarderías españolas. Pero no sólo la edad era una diferencia significativa.

 

Buena práctica.

    Un día me explicaron uno de los proyectos que llevaríamos a cabo. Se trataba de hacer una remodelación del patio, que con la llegada del buen tiempo no disponía de zonas de sombra. Me sorprendió el hecho de que se tratase de un trabajo manual tan duro, con personas sin experiencia similar, como era mi caso, y del trabajo aparentemente no académico y alejado de lo que, para aquel entonces, yo consideraba ideales educativos en nuestro sistema educativo español.

     Pero sin duda alguna, lo más sorprendente y enriquecedor fue saber que el trabajo, planificado y organizado daría su fruto sólo si toda la comunidad participaba de él. Es decir, que allí maestros, personal de apoyo educativo, directora, alumnos en prácticas, padres, madres, familiares, alumnos y cualquier persona del entorno que pudiese aportar sus ideas o simplemente sus manos no sólo era bien recibida sino que era necesaria e importante  para llevar a cabo el proyecto que beneficiaría a todos.

 

   El compromiso que ví por parte de toda la comunidad, las ganas de colaborar, no desinteresadamente, sino bajo la única motivación de saber que mejorar el espacio de la guardería era mejorar la educación de sus hijos y alumnos. Un trabajo colaborativo como nunca lo antes había visto. Ni que decir tiene que ni las familias, ni los profesionales, ni ninguno de los que colaboraron aquel sábado recibieron compensación económica, fue una recompensa mucho mayor, aprender, convivir, disfrutar, compartir y reir.

 

    Como tantas veces hemos hablado de la importancia de la comunidad, con la idea de “escuela expandida” o las “comunidades de aprendizaje”, podemos enriquecernos de muchas experiencias y personas que nos rodean, compartir es vivir, y no vives plenamente si no aprendes y compartes. Tal vez a esta idea de compartir conocimientos y experiencias, y colaboración plena escuela-comunidad le falta algo de práctica en nuestro país (aunque ya se lleva a cabo), pero aunque idealista, es posible.